Se dice que una imagen vale más que mil palabras, si bien cuando el objetivo es describir el contenido del evento, las palabras también juegan un rol fundamental. La forma en la que se presenta un evento ayuda a algunas personas a decidir si van a asistir al mismo o no.

Más allá de los detalles esenciales (dónde, cuándo y qué) que se dan por supuestos, son los detalles concretos, valores añadidos y cuestiones diferenciales las que le aportan un “plus” de atractivo al evento.

Hay que tener en cuenta todos estos detalles cuando los responsables de marketing y comunicación redacten la descripción del evento. Cuestiones a reseñar:

Engagement o posibilidades sociales. El público objetivo quiere conocer quiénes estarán presentes en el evento. En este sentido, hay que confeccionar una lista de conferenciantes y autoridades asistentes, con su correspondientes afiliaciones profesionales o formativas, para que todo el mundo tenga conocimiento de las oportunidades que supone asistir al evento.

Descuentos: Es interesante, contemplar una reducción de los costes de inscripción para aquellos participantes que se inscriban con un tiempo de antelación determinado. Esta “recompensa” puede ir generando expectación y publicidad “boca a boca” en torno al evento.

Destina parte de lo recaudado en el evento a un fin solidario. A la gente le gusta participar en eventos que tienen un trasfondo caritativo. Los detalles de esta iniciativa deben incluirse de forma destacada en la descripción.

Aforo y cuestiones logísticas. Si existen restricciones en términos de espacio o de número de personas, deben reseñarse en la descripción. Los participantes tendrán la impresión de que se trata de un evento exclusivo, y la disponibilidad limitada animará a los participantes potenciales a inscribirse con antelación para no perderse esta cita.