Se trata de dos presentes de naturaleza muy distinta. El recuerdo (souvenir) está destinado a evocar de forma genérica a la organización, institución, evento o lugar del que emana (ejemplos, merchandising, libro o disco de un artista local, fotos o cuadros de los monumento emblemas de una ciudad, artesanía o pequeña manufactura típica, etc.); mientras que el regalo propiamente dicho manifiesta un carácter personal susceptible de tocar la fibra emocional de su destinatario pues está en relación de sus gustos y centros de interés. La entrega de un regalo requiere un motivo que justifique esta distinción otorgada a la persona a que se quiere homenajear.
En relación a la modalidad de entrega, los recuerdos (souvenirs) y regalos de carácter privado se entregan convenientemente embalados. Mientras que aquellos que se entregan en un acto público se entregan sin ningún tipo de embalaje o empaquetado, a fin de evitar situaciones que pudieran resultar incómodas para el homenajeado durante el desempaquetado del mismo delante de una audiencia.
Cuando el recuerdo (souvenir) se ofrece en señal de bienvenida a los visitantes de fuera que acuden a un evento se puede dejar el mismo bien en sus habitaciones de hotel con una pequeña tarjeta de visita firmada por el anfitrión que lo obsequia (justo antes de que ocupen las mismas).