En sentido estricto, en el contexto actual, el crowdfunding o micromecenazgo es una técnica de financiación para la creación de proyectos empresariales que utiliza Internet como canal de intermediación entre los líderes o emprendedores del proyecto y las personas que potencialmente desean invertir en los mismos.
El mundo de los eventos no es ajeno al auge de esta forma de financiación colectiva. De forma general, se puede indicar que los puntos fuertes del crowdfunding son la facilidad de su operativa e implementación , y la viralidad exponencial que le confieren las Redes Sociales a la hora de encontrar perceptores para alcanzar la financiación deseada.
¿Cómo funcionaría el crowdfunding en un evento?
Por un lado, existe un inversor que quiere destinar algo de dinero a algún evento con el que se siente identificado, por cuestiones de Responsabilidad Social, afinidad profesosional o porque simplemente lo considera interesante.
En el otro extremo, se sitúan los promotores y/u organizadores de un evento que no tienen los fondos necesarios para la gestión integral del mismo, y no quieren, o no están en disposición, de recurrir a un crédito bancario convencial para completar la financiación.
Finalmente, está el terreno de juego que es Internet.A través de una plataforma 2.0 creada al efecto, los diferentes eventos en busca de financiación son presentados por sus promotores a una serie de inversores que se han registrado en la aplicación informática, y que pueden optar por financiar uno o varios actos en función de sus motivaciones, preferencias o posibilidades. Es decir, esta forma de financiación colectiva le aporta al inversor un valor añadido en forma de transparencia, pues escoge financiar atendiendo a sus principios y valores, y en todo momento conoce en qué cuestiones concretas relativas al evento se está empleando su dinero.