Hoy en día, la memoria anual ha perdido parte de su utilidad como barómetro de indicadores de carácter estadístico sobre la actividad de una organización, convirtiéndose en una herramienta esencial en la construcción y promoción de la imagen y la identidad de la misma.

La naturaleza controlada de las informaciones y la finalidad no comercial que predominan en este tipo de informes anuales son inspiradores de confianza para los lectores; reafirmando el carácter eficaz y dinámico de este útil a la hora de vehícular acciones de comunicación corporativa. (Ver ejemplo de “Memoria Anual del Grupo Mahou San Miguel”  correspondiente al año 2014)

memoria anual

Esta tendencia para utilizar el informe anual como elemento potenciador de la identidad de una empresa/institución  se materializa en las siguientes características:

El mensaje central de la memoria anual

Una tarea que se antoja esencial consiste definir el mensaje clave de la memoria anual. Muchas veces se hace coincidir esta idea central con el título del informe anual. Es el “hilo conductor” que vertebra las diferentes partes del documento entre ellas.

Este mensaje suele estar ligado a acciones futuras o en vías de consecución del plan estratégico de la organización. Es fundamental que la alta dirección de la organización participe en esta reflexión estratégica que va a catalizar la idea central de la memoria anual.

Una vez definida esta idea, nunca antes, el concepto creativo y contenido de lo que va a ser la memoria anual se pondrá en marcha; el objetivo es que el contenido de la memoria refleje también este mensaje clave, que será reforzado en la introducción que haga de la misma la máxima figura directiva de la organización.

Adicionalmente, y siempre en relación con la idea central, sería interesante que la memoria anual diese respuesta a cuestiones como: