Prácticamente todos los días en nuestro ámbito profesional nos enfrentamos a situaciones en las que necesitamos mostrar nuestras habilidades de comunicación al hablar: atención al usuario, reuniones de negocios, posiciones ejecutivas de responsabilidad, trabajo en puestos específicos relacionados con la comunicación corporativa y/o institucional, funciones de portavocía en la organización, docencia y divulgación académica, etc.
En este sentido, reseñar que algunos aspectos importantes a tener en cuenta para ser un buen orador, en todo momento y situación, son:
Carisma. A menudo considerado como un “bien natural” , es única y exclusivamente, el poder emocional de un discurso que emana del interior de una persona. En ningún caso, son frases aprendidas de memoria o palabras preparadas de antemano para complacer a un público. Ser uno mismo, ser auténtico…ahí radica el carisma.
Afronta el miedo escénico. El nerviosismo no puede dominarte, pues muy a menudo es fuente de desastres en una intervención hablada. La mayoría de los oradores experimentados te dirán que siempre tienen un poco de miedo escénico antes de una alocución pública; miedo que les desaparece rápidamente, dando paso a la emoción de ser capaz de hablar magistralmente a los demás.
La relajación. Estar relajado es una de las claves del éxito de una declaración oral pública. Vigila tu postura, tus manos, o cualquier “tic nervioso”, ya que son señales que pueden delatar agarrotamiento y nerviosismo durante tu intervención.
Las miradas. Durante una comunicación pública es importante tener en cuenta en todo momento a la audiencia presente. Si al mirar al público percibes expresiones molestas o de aburrimiento, no lo reflejes en tu propio lenguaje corporal, no seas reactivo; simplemente haz ver de forma ecuánime que te fijas en tu público y que te importa hacerles llegar tu mensaje de forma efectiva.
La sonrisa. Bien empleada, enmascara la ansiedad y crea un ambiente distendido. Pero cuidado con los excesos, una risa histriónica sin razón puede provocar malestar entre la audiencia y arruinar por completo tu intervención.
Gestos. Evita hacer demasiados gestos grandilocuentes, modúlalos en función del mensaje que vayas a transmitir y encuentra una posición en la que te sientas cómodo durante tu intervención.
Tómate tu tiempo para hablar. Cuando hablas lentamente, el público está atento, y tienes tiempo para pensar lo que dices. Cuando te lanzas en plan “ametralladora”, aumenta el riesgo de cometer errores y de generar sensación de angustia entre la audiencia.
El contenido. Prepara tu mensaje o discurso con antelación. Debes ser sistemático y determinar el propósito de tu presentación: Introducción, Cuerpo del mensaje y conclusión.
Repaso. Date unos minutos para revisar tu intervención con antelación. Una buena práctica es que simules el evento solo en una habitación y trates de imitar la escena de tu discurso desde el principio hasta el final.
En el curso de Oratoria que organiza la Escuela Internacional de Protocolo de Granada, con una duración de 10 horas presenciales, que se imparten en la sede de la EIPG podrás adquirir los conocimientos teóricos y prácticos en profundidad que te permitirán entre otras cosas:
1. Conocer los métodos y las estrategias de la comunicación, especialmente las más eficaces en la disciplina de la oratoria.
2. Conocer las técnicas elementales para hablar en público.
3. Conocer las principales técnicas de trabajo en comunicación.
4. Aprender estrategias para reducir el miedo escénico.
5. Dar a conocer las principales referencias de consulta.
6. Introducir habilidades que nos ayudan a proyectar una imagen de eficiencia propia y empresarial.